Por Marcelo Reyes
Mientras viajamos rumbo al trabajo, mirando desde la ventana del bus la Cordillera de los Andes, escuchando por los fonos a la banda Fanfarrón, nos vino a la mente el momento cuando Fabio Pastrello (Rey Mental-Huinka-La Grulla-El Hermoso) nos comentó que uno de sus primeros recuerdos impactantes de infancia asociados a la música, fue cuando descubrió por televisión a los Jaivas, tal vez la banda que más nos conecta con los hermanos trasandinos, ya que esa mezcla de sicodelia, las guitarras del Gato Alquinta y esa impronta folklorica, a muchos nos reveló de que podemos hacer rock desde Sudamérica respetando el sabor de origen.
El Rey, como le dicen a Fabio, comenzó sus andanzas en la música como Dj en fiestas adolescentes durante la década de los 80 , todo eso desde sur del gran Buenos Aires, en plena transición post dictadura, con Djs set cargados al New Wave, Kiss, espinillas y gaseosas, sin pensar aun que como músico sería parte importante de la escena alternativa que definió el sonido del nuevo rock argentino de los 90 y lo que vendría a partir del 2000.
Lo de Fabio fue casi un accidente, ya que durante los 70 nos comenta que llegó una guitarra eléctrica a su hogar, casi como un juego se la colgó, desde ahí comenzó su gusto y adicción por las cuerdas, la que sigue hasta el día de hoy.
A finales de los 80 fusiona su banda “Los Pastrellos” con la de su primo Gabriel Guerrisi llamada “Salto al Vacío”, formando a Los Brujos, quienes de la nada inventaron su propio estilo (beatcore) pasando del blanco y negro al color con una estética muy colorida y comenzando una escena a la cual se le sumarían otras bandas que definirían a punta de buenas canciones el rock de los 90.
El contexto musical donde se desarrollaron Los Brujos, fue compartiendo escenario con bandas como “El otro yo” o “Juana la Loca”, bandas que fueron parte de la llamada Movida Sónica junto a artistas como: “Babasónicos” “DDT” o “Peligrosos Gorriones”, bandas que vinieron a ocupar el espacio dejado por “Virus”o “GIT” y que anecdóticamente terminaron siendo compañeros de escena de unos renovados “Soda Stereo” y su incomprendido disco “Dynamo”.
Tras varias pasadas por la televisión local, la salida del fallecido bajista Gabo Manneli quien se pasó de Los Brujos a Juana la Loca y posteriormente a los Babasónicos y un constante trajín autogestionado desde sus hogares a la Gran Capital, Daniel Melero los descubre y los lleva a grabar lo que pudo ser su primer EP, pero terminó siendo un Larga Duración llamado “Fin de semana Salvaje”, uno de los últimos vinilos editados durante esos años e influencia directa para una camada de bandas contemporáneas que buscaban su espacio con toda una actitud fresca y marcado “aroma a espíritu juvenil”.
Fabio es del tipo de guitarristas que llena los espacios sin ser pretencioso, austero en su imagen, muy de una onda surfera, limpia y psicodélica, estilo que le ha permitido durante su carrera pasar del rock a la electrónica sin problemas ni complejos con varios cambios de piel incluso, pero con una identidad clara y definida.
Con Los Brujos tuvo unos años 90 muy agitados, teloneando incluso a uno de sus ídolos Iggy Pop o la “nueva sensación” llamada Nirvana, banda que a ellos personalmente no les gustaba, pero que en ese momento de acuerdo a los promotores del evento nadie más podía acompañar, debido básicamente a que en ese momentos los brujos ya estaban posicionados como una de las bandas nuevas más importantes del rock argentino.
La independencia y autogestión desgastó finalmente a la banda, lo que finalmente terminó fragmentando a los brujos, quienes ya se encontraban en una multinacional, con todos los recursos que eso significa, pero lo que no fue suficiente en su momento para mantener la magia, todo eso ocurría a mitad de los años 90, de hecho en esos años fue cuando acá en Chile los pudimos conocer con su disco Guerra de Nervios, disco que además vinieron a defender en una ocasión en Santiago de Chile y que contaba con extraños video clips que rotaron por Tv cable.
Para Fabio, uno de sus momentos más impactantes en aquellos años fue la fantasmal aparición en los estudios Aguilar y posteriores colaboraciones con Gustavo Cerati, quien como buen vampiro, ya a finales de los 90 bebió influencias de la nueva banda de Pastrello, San Martin Vampire, banda fugaz que formó junto a Rudie Martinez y Sergio Pángaro y que personalmente me impactó fuertemente al verlos por MTV y que sigo escuchando hasta el día de hoy.
San Martin Vampire, al igual que los brujos, lograron con su sonido único, ser influencia para muchos otros, lo mismo ocurrió con Adicta, banda que se forma a posterior de los Vampiros y que definió el sonido synth pop trasandino de comienzos de siglo, de hecho es cosa de escuchar a Miranda y darse cuenta de aquello, lo que una vez más nos demuestra que al ser vanguardia, no siempre te llevarás las flores, basta con recordar el caso de Pixies y Nirvana.
En ambas bandas (San Martín Vampire-Adicta), el sonido del Rey luce elegante, sofisticado y fiel a su estilo surfero. Si bien podemos pensar qué al ser bandas cargadas a la electrónica, la guitarra pasaría a un segundo plano, los punteos y acordes de Fabio son claves en definir la personalidad de canciones como “Mal Mortal” de los San Martin Vampire, corte promocional del disco Debut y Despedida y que sigue sonando fresco, aun cuando suene a revival.
Durante el nuevo siglo Los brujos volvieron con nuevos discos y muchos shows, Fabio editó su proyecto más personal llamado Fanfarrón, banda interesante qué si bien mantiene muchos elementos de la carrera de Pastrello, lo acerca más a lo latino y tal vez donde más cerca se encuentra su conexión con los Jaivas a quien tributa con un atrevido cover de “La Conquistada”.
San Martin Vampire sigue girando en la medida de lo posible, ya sin Martínez en las teclas pero manteniendo ese sonido que nos gusta tanto, los brujos tuvieron una vuelta muy esperada, con disco nuevo y varios shows.
Para ir cerrando les recomendamos escuchar los discos: “Guerra de nervios” de Los Brujos, “Debut y Despedida” de San Martin Vampire, “SHH” de Adicta y el disco homónimo de Fanfarrón.